Me llamaste por teléfono para decirme que te habías teñido de pelirroja.
Cuando llegué a casa y te ví, dije:
- Pero cariño, yo te veo como siempre.
- Espera, bobo.
A continuación te tumbaste, bajando tus braguitas para mostrarme ese precioso cambio de color.
No hay comentarios:
Publicar un comentario