Aquel desayuno de negocios estaba siendo algo aburrido con la visita de nuestros proveedores, pero mientras ellos nos contaban las excelencias de sus productos, nuestras miradas cómplices parecían estar pididendo algo más. Yo preferí entonces meterme en la excelencia que se escondía por debajo de la mesa y disfrutar de la suavidad de tu piel en la cara interna de tus muslos.
Uff, y casi me da algo cuando sentí esa mano acercandose peligrosamente a mi sexo, uhmmm, sólo tú sabes como distraerme de esos pesados desayunos de empresa.
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